Día Internacional de los Archivos
En Venezuela, lamentablemente esta fecha pasa sin pena ni gloria

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
El 9 de junio de cada año se conmemora el día internacional de los archivos, gracias a la solicitud hecha en Viena, Austria, a la UNESCO en el 2004, por los asistentes al Congreso Internacional de Archivos. La fecha escogida fue el 9 de junio pues en 1948 la Unesco estableció la creación del Consejo Internacional de Archivos, para defender la protección y conservación del patrimonio documental mundial. En los principales archivos públicos y privados del mundo en estas fechas se celebran diversas actividades, entre otras, visitas guiadas gratis y exposiciones vinculadas a la investigación y resguardo de la memoria histórica y cultural de nuestros pueblos dirigidos a todo púbico a fin de concientizar a la población en el valor trascendente de estos repositorios.
Entre los archivos eclesiásticos sobresale el Archivo Apostólico Vaticano, antes llamado “secreto”, los archivos diocesanos y de las órdenes religiosas. Interesan a la historia nuestra archivos como el de Indias en Sevilla, el de Simancas y el de Madrid, además de los archivos nacionales de México, Colombia, Perú, Santo Domingo, Puerto Rico y Holanda que contienen importante documentación relativa a la vida venezolana.
En Venezuela, lamentablemente esta fecha pasa sin pena ni gloria. La conservación de los archivos nacionales públicos atraviesan hora menguada pues la desidia y el no darle relevancia a nuestra propia historia y cultura parece no interesar a quienes dirigen nuestra sociedad. Los recursos para la investigación y conservación de estos repositorios son casi inexistentes poniendo en peligro nuestra propia identidad. Lo sucedido hace pocos años con el archivo y biblioteca de la UDO en Cumaná es macabra expresión de lo reseñado.
En el campo eclesiástico venezolano, tanto el Archivo Arquidiocesano de Caracas y el de Mérida, han dado y son ejemplo de lo que se puede hacer cuando existe voluntad, entusiasmo y búsqueda de recursos para ofrecer una serie de aspectos de la vida cotidiana que van más allá de lo estrictamente eclesiástico. Para conocer, por ejemplo, los vaivenes de la población hay que recurrir a los padrones y estadísticas, no solo del pasado sino también de época más cercana. Los libros de bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, matrimonios y defunciones arrojan datos de natalidad o mortalidad. Trabajos sobre arquitectura, ingeniería, medicina, derecho, arte, la fotografía, nos llevan a tener un retrato de dichas realidades de antes y de ahora. Las publicaciones de ambos repositarios dan fe del trabajo realizado en las últimas décadas.
La conservación y mantenimiento de los archivos y bilbiotecas es una especialidad que exige personal calificado en el manejo de viejos y nuevos papeles, a los que se agrega la utilidad de las nuevas tecnologías para su preservación ante catástrofes naturales, incendios o daños ocasionados por insectos.
Es fascinante y apasionante tomar conciencia del valor material e inmaterial de nuestra cultura para no convertirnos en huérfanos de memoria, ya que hoy, con la cultura de desechar y enviar a la basura un material valioso como las vetas de una mina de materiales preciosos, pues así como conservamos una foto de nuestros seres queridos o guardamos alguna revista o periódico porque tiene que ver con nuestra vida, así nuestro entorno es como un ser vivo, cambiante, maestro de vida y horizonte de esperanza. No nos dejemos robar nuestro pasado y presente para que podamos avizorar el futuro que soñamos.-
11-6-25