Testimonios

El admirable y desconocido General Ravard (1919-2006)

Posiblemente es el venezolano que ha participado y dirigido las más iniciativas de desarrollo de Venezuela durante los 45 años transcurridos entre 1938 y 1983... El más civil de los militares

Fragmento de “Los Cumplidores” en ”La Energía del Poder”*. Arquímedes Román:

Posiblemente es el venezolano que ha participado y dirigido las más iniciativas de desarrollo de Venezuela durante los 45 años transcurridos entre 1938 y 1983.

Este caraqueño, miembro de una familia de gran tradición industrial, quería ser militar y estudió en Caracas en la pequeña escuela castrense de su época, y su formación la completó en Italia y Francia. *Igualmente tuvo excelente formación civil, pues se tituló de ingeniero civil en el Instituto Tecnológico de Massachussets en el año 1945.*

Su formación, su talento y su carácter lograron el muy extraño milagro de que Rafael Alfonzo Ravard, RAR, sirviera consecutivamente, y sin interrupción, a 12 presidentes venezolanos: López Contreras, Medina Angarita, Rómulo Betancourt (Junta de Gobierno), Rómulo Gallegos, Carlos Delgado Chalbaud, Marco Pérez Jiménez, Wolfgang Larrazábal, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, y Luis Herrera Campins.

*¿Cómo fue posible servir en altos cargos a tantos gobiernos diferentes?* La respuesta es sencilla: la competencia, el profesionalismo y la integridad, lograron esta maravilla de continuidad administrativa. Hay que agregar, naturalmente, el buen sentido de todos esos 12 presidentes de no haberse desprendido de tan excepcional gerente.

RAR Inició sus servicios como oficial del ejército, y como ingeniero militar es asignado a dirigir la construcción de carreteras y más adelante, en 1945, es nombrado director de transporte del Ministerio de Obras Públicas, y de allí lo trasladan, siendo capitán, a jefe de una sección del Estado Mayor General.

Posteriormente, *en 1953, Marcos Pérez Jiménez estando en el poder, le ofrece a Rafael Alfonzo Ravard, entonces de 34 años de edad y apenas con el grado de mayor del ejército, el más grande reto y la más fascinante oportunidad que el joven militar pudiera imaginarse*.

El gran encargo era nada menos que formar una comisión técnica, para planificar y ejecutar los proyectos destinados a desarrollar el potencial hidroeléctrico e industrial del Sur del país, toda Guayana, para entonces sin ningún desarrollo. RAR puso sus condiciones: autonomía plena para seleccionar a su equipo y libertad de acción. Logró que Pérez Jiménez se las concediera. No sabemos si el dictador, sabiendo de la incomodidad de RAR dentro del ejército, o por la conocida competencia gerencial del joven militar, o quizás por ambas condiciones, le ofrece este enorme reto que lo alejaría de Caracas y donde no tendría manejo de tropas. Pero el hecho es que, para RAR, empezó una nueva y desafiante etapa en su vida.

La primera parte de la inédita misión fue la elaboración de los estudios de factibilidad del desarrollo hidroeléctrico de Guayana. Es bien sabido, que estos planes condujeron a la formulación de un extraordinario esquema para el desarrollo hidroeléctrico del Caroní. Ya en su primera etapa condujeron a la construcción de la represa de *Macagua y de sus unidades de generación eléctrica. Se puso en funcionamiento en 1959, y durante años fue la más grande fuente de generación eléctrica de Venezuela, y su otro fin era alimentar los hornos de una futura siderúrgica, *posteriormente conocida como Siderúrgica del Orinoco (SIDOR)*, parte también de los proyectos de la comisión de RAR y que se terminó de construir en 1964.

Otro reto era el desarrollo de los recursos minerales de Guayana que requerían ejecutorias para la explotación y procesamiento de la bauxita para producir aluminio. La idea se materializa en las muy modernas plantas *Alcasa y Venalum terminadas en 1967*.

*Paralelamente se construyó la gigantesca represa de El Guri*, durante mucho tiempo la más grande del mundo. El Gurí se inauguró en 1968, y después de ella estaban pautadas las otras represas: Caruachi y Tocoma.

Para los proyectos hidroeléctricos y la transmisión de la energía eléctrica hacia el resto de Venezuela se había constituido una empresa “holding”, la “Electrificación del Caroní”, Edelca. Estaba adscrita a una corporación mayor, que dirigía todos estos grandes desarrollos. Era la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), matriz de todos los proyectos y empresas, presidida por RAR desde su creación en 1960, cuando apenas pasaba de 40 años.

Todo este gigantesco desarrollo industrial generaría muchos empleos y la consecuente movilización de miles de familias hacia los nuevos centros de trabajo. No era una sorpresa, estaba previsto en los planes dirigidos por RAR y se tenía estudiada y definida *la inédita tarea de la construcción de una nueva ciudad, “desde cero”.*

Se contrató el estudio para este proyecto con un equipo conjunto de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussets; y en solo tres años se inició la construcción de Ciudad Guayana. Es decir, la fundación de una nueva ciudad cuya acta de nacimiento firmó, en el año 1961, entre otros, el entonces coronel Rafael Alfonso Ravard. Hoy en día la ciudad tiene cerca de un millón de habitantes.

Además de todos estos sorprendentes logros de los planes nacionales dirigidos por RAR, también se tenía prevista la construcción de una enorme planta productora de pulpa de papel, para abastecer el “papel periódico” que importaban todos los diarios del país. Habida cuenta que las especies de árboles venezolanos no son adecuados para producir pulpa de papel, se requería otra obra imponente e insólita: crear un bosque de pinos para abastecer la futura producción. Dado el escalonamiento de los tiempos de este inmenso proyecto era menester comenzar con la creación de un bosque de pinos y luego construir la planta.

Así fue. Se formó una empresa destinada únicamente al desarrollo del bosque de pinos Caribe en el Sur de Anzoátegui, en “Uverito”. Algo absolutamente inimaginables años atrás. Al frente del proyecto RAR señaló al Ing. José Joaquín Cabrera Malo (1921-2016), quien dirigió la fantástica obra de *sembrar 21 millones de pinos en 600 000 hectáreas*.

El bosque artificial más grande del mundo se inició en 1966 y logró desarrollarse en gran parte de su dimensión proyectada, pero los vaivenes del petróleo, financista de todas estas obras no permitió la construcción de la planta de ´papel. Sin embargo, allí quedó el gigantesco bosque de pinos de “Uverito”, algo que muchos venezolanos ignoran.

*Pero a lo mejor el logro más trascendente de la labor dirigida por RAR en Guayana está por encima de la envergadura física de las transformaciones allí realizadas y de la construcción de un centro industrial de gran magnitud. Se trata de la siembra de una cultura institucional basada en el cumplimiento, la excelencia, la meritocracia y la transparencia.*

A pesar de los cambios políticos destructivos ocurridos en años posteriores a estos logros, las empresas de Guayana pudieron mantener algún tiempo más los rasgos de esa cultura inspirada por Rafael Alfonso Ravard, pero luego, no fue posible que se preservara este trascendental logro cultural.
Esta reseña, por cierto parcial, del desarrollo de la Guayana venezolana en 22 años comprendidos entre 1953 y 1975, da una idea clara del enorme poder que tuvo en sus manos Rafael Alfonzo Ravard. Poder basado en su jerarquía institucional y en el prestigio derivado de su competencia e integridad. *Este hombre habría podido actuar como un despótico y corrupto virrey, pues todos los gobiernos, en esos más de 20 años, le dieron la confianza para proceder según los planes y le permitieron un altísimo nivel de independencia decisional. Este era un cuadro en el cual podían surgir tentaciones de narcisismo, adicción al poder y corrupción. Sin embargo, la historia no recoge evidencias de tales anomalías. *Solo se acredita el cumplimiento del deber, la efectividad de la gestión y el prudente distanciamiento del micrófono y del “flash” fotográfico.*

Sin embargo, las ejecutorias de este “cumplidor” no terminan con los éxitos de Guayana.

*En 1975 el gobierno de Carlos Andrés Pérez logra la aprobación de la ley de nacionalización de la industria petrolera.* Se habían terminado los estudios de cómo realizar la transferencia, y luego la creación y operación de las nuevas empresas petroleras nacionales, surgidas del vientre de la Creole, Móvil, Chevron, Conoco, Shell y otras 10 transnacionales que manejaban esa industria. Además, crear una casa matriz o “holding” y la muy compleja tarea de seleccionar a la persona que dirigiera ese complicado, inédito y primordial proceso, y que, además, contara con aceptación nacional.
*El seleccionado fue, el entonces general Rafael Alfonzo Ravard, que no era petrolero, ni tampoco político. Su gran credencial era el correcto manejo del poder durante más de 20 años en el desarrollo de Guayana.*

 

Tanto los petroleros, como los políticos y la opinión general recibieron con satisfacción la designación del primer presidente de Petróleos de Venezuela.

El país dependía desde muchos años de la renta petrolera, y por ello el gran temor que acompañaba al proceso de nacionalización de la industria petrolera era que se interrumpiera o disminuyera el flujo de recursos hacia el presupuesto del Estado y de allí a alimentar la economía nacional dependiente de esos fondos. Por eso la tarea de RAR era, nada menos, que asegurar el financiamiento del Estado y de la economía nacional, manejando una nueva industria petrolera que se desprendía de un “día para otro” de las transnacionales.

Se establecieron varios principios rectores para orientar este proceso, uno de ellos la “continuidad operativa”, y así se logró la transición sin sobresaltos ni interrupciones. Progresivamente se fueron consolidando las más de 14 ex concesionarias extranjeras en cuatro grandes empresas operadoras nacionales– Lagoven, Maraven, Corpoven y Meneven–, dirigidas por presidentes y juntas directivas de venezolanos, todo conducente a su futura integración final en una sola operadora; PDVSA. Para gran satisfacción del país, todo funcionó muy bien y pronto el conglomerado petrolero venezolano ocupaba los primeros lugares mundiales entre empresas petroleras efectivas.

La magnitud, complejidad y trascendencia de este proceso quizás era superior al muy grande desarrollo de Guayana y lo pudo dirigir la misma persona. Alguien que, sin extravagancias narcisistas, ni adicción al poder, sin violar normas ni leyes, ejerció un gran poder en beneficio del colectivo.
Sin afanarse por la figuración pública. Alguien que tenía como lema la antigua y sabia expresión: *«Uno debe caminar sin hacer ruido. La palabra es de plata y el silencio es de oro».*

Al igual que en Guayana, en las nuevas petroleras nacionales se plantaron principios claves: cumplimiento, meritocracia, excelencia y transparencia. Estos, y otros, valores se arraigaron en las petroleras nacionales. Ello fue un factor importante del éxito que, como empresas, tuvieron. *De tal manera que la siembra de una cultura de empresas del estado fue un logro significativo impulsado por Rafael Alfonzo Ravard*

En 1983, después de 8 años y cumplir dos períodos al frente de PDVSA, el general Ravard termina su ciclo de 45 años servidor público y pasa a otra etapa de actividad y de ejercicio de poder.

*Siendo heredero del conglomerado industrial familiar “Alfonzo Rivas y Compañía”, la familia le pide que acepte la presidencia de las empresas*. Un cambio importante, pues aun cuando eran respetables en tamaño, frente a PDVSA o CVG lucían muy modestas. Además, se pasaba en por primera vez al campo privado. RAR así asume la presidencia de las empresas familiares después de 45 años voluntariamente separado de esos compromisos, ejerciendo esa función en el lapso 1984-1998.
Paralelamente recibió diversas designaciones y honores en la nueva etapa. Es electo senador independiente por el Distrito Federal, para el lapso 1984-89, y también continua como presidente de la organización social “Fe y Alegría”, y muchas otras de carácter honorífico. Sigue Rafael Alfonzo Ravard ejerciendo el poder, ahora en otros ámbitos, pero siempre con los mismos principios.
En el año 1998 se retira de todas estas actividades y compromisos y años después, en noviembre de 2006, fallece en la ciudad de Caracas.

*Hemos reseñado la semblanza y ejecutorias de un singular planificador y gerente venezolano que dio gran testimonio del ejercicio correcto del poder. ¿Era militar? ¿Era un civil? El historiador Rafael Arriaz Lucca, en su libro Rafael Alfonso Ravard. Biografía de un Servidor Ejemplar lo define como: *«… el más civil de los militares»*.-

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