Egildo Luján Nava:
Ante la situación que se pretende evaluar, y que tiene que ver con la precisión de enfoques y opiniones contrarias a la abundancia de puntos de vista ampliamente acomodaticios y relacionados con los mismos hechos originales, el exigente punto inicial en el tratamiento de la realidad conduce a una verdad innegable.
Y se trata de que hay que admitir que la grave situación social y humanitaria que se aprecia en Centro y América del Sur, sin duda alguna, se ha complicado de tal manera que no es posible estructurar soluciones, sin tener que abundar en la cuantificación de costos y a niveles tan exigentes, por lo que el adicional problema soporte de fondo es determinar qué hacer, con quién habría que negociar y a cambio de qué.
La zona Central citada, sin duda alguna, traduce un hecho inobjetable e indiscutible. Y se trata de la frágil base social regional, la cual evidencia una verdad exigente y comprometedora: su permanente inestabilidad política, además de sus enormes desigualdades sociales. ¿Motivo?: Haber facilitado la intromisión de potencias extranjeras en el Continente Americano, especialmente de China, Rusia e Irán. Es decir, de países ajenos al Continente Americano y que, históricamente, han sido y son alérgicos a los gobiernos democráticos respetuosos de la ley, y de los derechos ciudadanos.
Pero, adicionalmente, hay otros hechos y realidades que no pueden dejar de citarse. Entre ellas, la situación que se ha complicado, aún más, desde el año 2013, cuando, equivocadamente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Jhon Kerry, en el segundo mandato del Presidente Barack Obama, el 18 de noviembre de ese año, ante la OEA, planteó que su país abandonaba la Doctrina Monroe impuesta en el año 1823. Sí, la misma disposición que, por casi 200 años para esa fecha, ofreció guía y protección a la América Latina, ante cualquier amenaza o intromisión no deseada.
Ante dicha realidad, lo que tal decisión traducía es que, con tal medida, se dejaba entrever que, en lo sucesivo, a los Estados Unidos no le importaría la orientación política que escogieran los Estados en la región, dejándole puerta franca a la entrada del COMUNISMO Y DEL ISLAM, donde, únicamente, y como excepción, Rusia había logrado entrada en Cuba. Lo cual, dicho de paso, representó para la época un grave conflicto mundial, hasta llegar a convertirse en el centro de corrupción contaminante en el Continente.
La invasión de Rusia a la valiente Ucrania el jueves 24/2/2022, fecha en la que el invasor anunció que dominaría y tomaría al país invadido en una semana, hoy describe lecciones de la mayor importancia. Y las mismas dicen que, luego de casi año y medio de toma y agresión , no sólo no ha logrado el dominio del invadido, sino que, además de sufrir grandes pérdidas, el invasor va rumbo a una aparente derrota. ¿Y en qué se ha traducido el hecho?. Sin duda alguna, y como consecuencia innegable, ha provocado un grave conflicto interno al régimen ruso, cuando su fuerza de ataque conformada por el enorme grupo mercenario «Wagner», en reclamo a la negligencia y abandono de parte del alto mando militar ruso, dio vuelta atrás.
Desde luego, dar vuelta atrás se ha traducido en que, además de que se ha evidenciado la fragilidad de una parte en conflicto, y atacado al Kremlin, como a su líder Vladimir Putin, el ataque casi ha llegando hasta Moscú. Con ello, lo indiscutible es que se han dejando en evidencia muchas debilidades del Kremlin, además de haberse demostrado que en la guerra con Ucrania y apoyada por la OTAN, el poderío bélico técnico y humano de Rusia es cuestionable. También que, adicionalmente, su economía catalogada como la décima a nivel mundial, ha demostrado ser frágil ante las sanciones del mundo democrático Occidental.
Toda esta complicada situación, desde luego, afecta e influye en el futuro del Continente Americano. Y en el caso de Venezuela, mucho más aún, por ser el país con una posición geográfica privilegiada y que, además, cuenta con 3726 kilómetros de Costa al mar frente a los Estados Unidos, con acceso a Europa. Además de grandes reservas hídricas y de hidrocarburos que pueden complementar las amenazadas necesidades del mundo occidental, convirtiéndose en un foco de atención especial en relación a las grandes necesidades energéticas del mundo occidental.
Ahora, ¿qué le plantea dicha realidad continental a Venezuela?. Sin duda alguna, y hay que asumirlo como reto, obliga a los venezolanos a repensar seriamente su presente político, económico y social. Si se quiere entender el detalle y alcance del razonamiento de fondo, es el mismo efecto de lo que «Formato del Futuro» ha venido planteando en el curso del año. Ya que describe el alcance del periplo o ensayo maromero del «Socialismo del Siglo XXI», que, además de haber arruinado al país, sólo ha beneficiado a un minúsculo grupo usurpador.
Es el mismo grupo que, además de haberse apoderado del control absoluto del poder, a la par, le ha causado un inmenso daño tanto a casi todos los que se denominaban chavistas o maduristas. Es decir, a los que, en su mayoría, que al igual que al resto de los opositores, también hoy están viviendo en la más absoluta miseria, como en la misma ruina que es reflejo de sufrida. Para mayor precisión, es la misma mayoría de militares como de civiles opositores, coincidentes en la convergencia de ser partidarios de un cambio, y que incluye también a los casi 8 millones de compatriotas que han huido del país.
En fin, todo lo que sugiere y plantea dicha realidad, es lo que traduce el hecho cuando se le trata de identificar razones para indicar que, sin duda alguna, obligatoriamente, Venezuela tiene que cambiar. Pero, además, que siempre será más saludable, Y , MEJOR HACERLO POR LAS BUENAS, antes QUE POR LAS MALAS.
La verdad y el alcance de los retos precisan que los venezolanos tienen un proceso CONSTITUCIONAL electoral democrático en puertas. Un evento en el que no debe haber cabida a trampas, malas mañas o morisquetas. Es un reto histórico que plantea la posibilidad de que seamos inteligentes, haciendo todo lo posible para que ese sea el camino de la solución pacífica y democrática que estamos dispuestos a alcanzar. –