Margaret Karram, palestina en el Sínodo: «No se queden en el horror. Esa no es la imagen colectiva de nuestros dos pueblos
La presidenta del Movimiento de los Focolares pide al mundo 'luchar por la causa de la paz'
El testimonio de la presidenta de los Focolares, una árabe cristiana nacida en Haifa, en este momento trágico para Israel y Palestina
«Me pregunté: ¿no debería hacer algo más por la paz? Pero orar y aprender a caminar juntos aunque tengamos ideas diferentes también es un signo de paz para el mundo»
«Algunos amigos judíos de Israel me llaman para decirme que estaban preocupados por Gaza. No se queden en el horror: esa no es la imagen colectiva de nuestros dos pueblos»
“Hace poco me llamó una amiga judía. Me dijo: a partir de hoy he decidido que rezaré a la misma hora que rezan mis amigos musulmanes. Aunque hay muchas cosas que nos dividen y tengo el corazón profundamente desgarrado – me dijo – lo hago porque sé que en este momento estoy unida a ellos por lo menos en la oración».
Margaret Karram, árabe cristiana que creció en Haifa, desde hace dos años es presidenta del Movimiento de los Focolares y está viviendo en las mesas de diálogo del Sínodo, en el Aula Pablo VI, el terrible momento que atraviesa su tierra, conmocionada por la guerra entre Israel y Hamás. Ayer por la mañana esa tragedia fue el tema central de la oración que introduce cada jornada del Sínodo, presidida por el cardenal Luis Sako, patriarca de Bagdad, otra tierra que desde hace veinte años sufre las heridas de la guerra, heridas que también volvieron a abrirse en las últimas semanas para los cristianos iraquíes. Y Margaret Karram fue quien dio voz al pedido por la paz, junto con una religiosa de Bagdad -la hna. Caroline Jarjis, uno de los miembros no obispos del Sínodo que representa a las Iglesias orientales y de Oriente Medio- quien leyó significativamente en árabe el pasaje del Evangelio. Su testimonio fue también el centro de la sesión informativa diaria con los periodistas que cubren el Sínodo.
«Margaret Karram fue quien dio voz al pedido por la paz, junto con una religiosa de Bagdad -la hna. Caroline Jarjis, uno de los miembros no obispos del Sínodo que representa a las Iglesias orientales y de Oriente Medio- quien leyó significativamente en árabe el pasaje del Evangelio»
“Me pregunté – dijo Karram – ¿qué hago aquí? ¿No debería estar haciendo otra cosa en este momento para promover la paz? Pero después pensé: aquí también puedo unirme a la invitación del Papa Francisco y a las oraciones de todos. Con estos hermanos y hermanas de todo el mundo podemos pedirle a Dios el don de la paz. Se pueden hacer muchas cosas por la paz, pero yo creo en el poder de la oración. Por otra parte, también lo dice el Evangelio de la liturgia de hoy: llamen y se les abrirá, pidan y se les dará».
“Estar aquí en el Sínodo – continuó – también me está enseñando qué significa caminar juntos. Aquí nos estamos dando cuenta de que no es fácil escuchar a los demás y comprender. Pero si logramos hacerlo entre nosotros y que se convierta no sólo en un método, sino en un estilo de vida de la Iglesia, entonces podremos llevarlo también a muchos otros ámbitos. Escuchar a los demás con respeto, independientemente de las diferencias de opiniones, puede ayudarnos, en un nivel superior, a construir puentes de paz».
Cuando algunos palestinos le preguntaron sobre las tomas de posiciones políticas sobre Hamás que demoran en llegar, respondió que «se necesita la ayuda de todo el mundo». Tienen que haber pronunciamientos -explicó- para pedir que se reanuden las negociaciones entre ambas partes. Espero que hoy todos los países -sean árabes o no- sientan la urgencia de prestar atención a este conflicto. No por intereses de parte, sino por la causa de la paz. Comprendiendo que debe haber respeto a los derechos humanos de todos los pueblos y volviendo a construir la reconciliación entre todos.»
«Se necesita la ayuda de todo el mundo… Espero que hoy todos los países -sean árabes o no- sientan la urgencia de prestar atención a este conflicto. No por intereses de parte, sino por la causa de la paz»
Y lo mismo vale para Irak, otro rincón olvidado del mundo. Cuando los periodistas hicieron referencia a la decisión del Patriarca Sako de trasladarse a Erbil en protesta por la falta de reconocimiento de su autoridad por parte de las autoridades civiles iraquíes, instigadas por los movimientos proiraníes, la hna. Caroline Jarjis recordó que en Irak “cada época tiene un sufrimiento particular. El patriarca sólo pide respeto por nuestra dignidad de ciudadanos, que también es respeto por la sangre de todos los mártires que ha bañado nuestra tierra».
Es un camino que avanza junto con el camino de la oración y de los pequeños gestos de fraternidad que en estas horas, también en Jerusalén, surgen desde abajo. La invitación del patriarca Pizzaballa a la jornada especial de ayuno y oración convocada para el 17 de octubre para pedir por la paz, se suma, por ejemplo, a otras iniciativas espontáneas. “Ayer algunos miembros de nuestro movimiento se unieron en oración desde Ucrania, a través de Zoom, con personas de Tierra Santa y también de Italia – siguió contando Margaret Karram -. En las escuelas del proyecto Living Peace hemos pedido a los niños y jóvenes de todo el mundo tres gestos: unirnos todos en oración a las 12 horas de Italia, comprometernos a realizar actos concretos de solidaridad con una persona de otra religión, escribir a los gobernantes para pedir por la paz. En este océano de sufrimiento, sólo parecen gotas, pero por lo menos son gestos concretos».
“También algunos amigos judíos que tengo en Israel – concluye la presidenta de los Focolares – me han llamado a mí, árabe palestina, para decirme que están preocupados por los que viven en Gaza. Para mí fue algo muy hermoso. Todos conocen las historias negativas entre estos dos pueblos, pero muchas personas, muchas organizaciones trabajan para construir puentes y nadie habla de eso. Sólo se habla de odio, de división, de terrorismo. Se construyen imágenes colectivas de estos dos pueblos que no se corresponden con la realidad. No debemos olvidar que en este mismo momento hay muchas personas que siguen trabajando para tender puentes. Es una semilla sembrada incluso en estas horas tan difíciles».
«Se construyen imágenes colectivas de estos dos pueblos que no se corresponden con la realidad. No debemos olvidar que en este mismo momento hay muchas personas que siguen trabajando para tender puentes. Es una semilla sembrada incluso en estas horas tan difíciles»
| Giorgio Bernardelli