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San José Gregorio y Jesús Niño

Beatriz Briceño Picón:

El propósito y el foco de la canonización de José Gregorio lo tienen la Iglesia en Roma y la Jerarquía en Venezuela; poco a poco iremos recibiendo noticias, después del grato despertar del día 25 de febrero, cuando me preparaba a celebrar el centenario del nacimiento de Ernestina Salcedo Pizani, la escritora y docente merideña que debe haber recibido con gozo esta noticia en el cielo, junto a tantos otros compatriotas. Por supuesto mi corazón vibra con el pueblo y con todas las personas de buena voluntad que han trabajado en su proceso para alcanzar el sitial de honor de ser el primer santo venezolano canonizado. Pero me permito compartir, con mis trujillanos y venezolanos, dónde estará mi foco personal en este momento de nuestra historia nacional y mundial.

Mi foco, sin duda, estará en el Santuario del Niño Jesús de Isnotú que venera la hermosa imagen de un Niño Jesús del futuro santo, midiéndose en la cruz del Calvario, que le regaló un padre franciscano, de Tierra Santa en 1901. En esa imagen del patrón eclesiástico de Isnotú, tocada y bendecida en la gruta de Belén, tenemos puestos los ojos en este año jubilar de la Encarnación. En ella se reúnen grandes misterios de nuestra fe y toda nuestra esperanza.

Desde que me adentré en muchos detalles de esta esencial y hermosa devoción cristiana, he ido pidiéndole a JGH que ilumine los caminos, para que todas las familias venezolanas vuelvan a encontrar el lugar que el Niño Jesús debe ocupar en los hogares de un país mariano, bendecido con la presencia amorosa de la Madre de Coromoto. Llama la atención que, en la Mariofanía, que se conserva en Guanare, el Niño Jesús desapareció y poco a poco está volviendo a ocupar su lugar. Así mismo, José Gregorio puede ser el instrumento para que la Iglesia en Venezuela encuentre una forma amable para que cada venezolano, a través de la imagen de Isnotú, recobre su dimensión espiritual, social y pedagógica.

Más de trece mil placas de agradecimiento hay en Isnotú y se cuentan por centenares las iniciativas de todo tipo para hacer presente a este intercesor admirable: libros, estampas, imágenes, adornos, emblemas, museos, cuadros, dibujos, canciones, videos, etc. Se le venera como científico, hombre de bien, profesor, médico de todos, con especial deferencia por los menos favorecidos de la tierra. Imagen de lo que puede hacer un laico que asume su vocación bautismal. Por eso al querer empeñarme por algo importante en la nueva evangelización de la Iglesia decidí trabajar prioritariamente dos aspectos que tienen que ver con mi vocación laical: la piedad y la formación cristiana familiar; y obviamente el rescate de Jesús Niño en todos los hogares del país.

Por todo esto confío que, en las Navidades de este año de la Encarnación, en los hogares venezolanos se inicie un proyecto que devuelva a América la libertad de los hijos de Dios y el canje de corazones de piedra por el Corazón Jesús Niño. Solo así nuestro país pondrá la mesa en el santo lugar y podremos ver reinar en nuestro territorio la alegría de la tierra y la alegría del amor misericordioso.-

Beatriz Briceño Picón

Humanista y Periodista

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