El Papa

El Papa: Una sociedad justa no se construye eliminando a quienes no tienen voz

Desde el Policlínico “Agostino Gemelli”, Francisco envió un mensaje al Movimiento Pro Vida, invitándolos a “apostar por las mujeres, por su capacidad de acogida, generosidad y coraje” porque “el concebido representa a cada hombre y mujer que no cuenta”

Una importante coincidencia se celebra hoy en la Basílica Vaticana: el 50° aniversario del nacimiento del Movimiento Pro-Vida y el Jubileo del Mundo del Voluntariado. Son numerosos los participantes en la peregrinación promovida por el Movimiento, con el paso de la Puerta Santa y la Misa celebrada por el Cardenal Pietro Parolin. Para la ocasión, el Papa Francisco envió un mensaje desde el Policlínico “Agostino Gemelli”, donde se encuentra internado desde el 14 de febrero, fechado el 5 de marzo y leído por el Secretario de Estado. El Pontífice recuerda el compromiso de la organización a lo largo de los años, «en sintonía con la Iglesia» y que «indica un proyecto diverso» poniendo «la dignidad de la persona en el centro» favoreciendo «a los más débiles».

“El concebido representa, por excelencia, a todo hombre y mujer que no cuenta, que no tiene voz. Ponerse de su lado significa mostrar solidaridad con todos los marginados del mundo. Y la mirada del corazón que lo reconoce como uno de nosotros es la palanca que mueve este proyecto”.

Un servicio de proximidad

Francisco reconoce el valor del servicio que presta el Movimiento Pro Vida, “cuyo primer brote fue el Centro de Ayuda para la Vida fundado en Florencia en 1975” por iniciativa de Carlo Casini. Un servicio ampliado luego por las Casas de Acogida, los servicios SOS Vita, el Proyecto Gemma y las Cunas para la Vida, caracterizado por el estilo de «cercanía y proximidad a las madres en dificultad a causa de un embarazo difícil o inesperado», realizado con «franqueza, amor y tenacidad, manteniendo la verdad estrechamente unida a la caridad hacia todos». De ahí el estímulo a «llevar adelante la protección social de la maternidad y la aceptación de la vida humana en todas sus fases».

La cultura del descarte está creciendo

En un mundo donde los jóvenes son más sensibles al cuidado de la creación – observa el Papa – se ha difundido la cultura del descarte. Por eso es necesario el compromiso al servicio de la vida, «sobre todo cuando es más frágil y vulnerable; porque es sagrado, creado por Dios para un destino grande y hermoso”.

“Porque una sociedad justa no se construye eliminando a los niños no deseados que no han nacido, a los ancianos que ya no son independientes o a los enfermos incurables”.

Respetar la dignidad de la persona

El sí a la vida es un sí a la civilización del amor, a la renovación de la sociedad civil porque así las mujeres pueden liberarse de los condicionamientos que las empujan a interrumpir el embarazo.

“Es evidente para todos, en efecto, cómo la sociedad actual se estructura en las categorías de poseer, hacer, producir y aparecer. Su compromiso, en sintonía con el de toda la Iglesia, indica un proyecto diverso, que pone en el centro la dignidad de la persona y favorece a los más débiles”.

Apostando por las mujeres

En su mensaje al Movimiento Pro Vida, Francisco invita a “apostar por las mujeres, por su capacidad de acogida, de generosidad y de valentía”. La esperanza es que los Centros de Ayuda a la Vida se conviertan en puntos de referencia para quienes buscan apoyo de toda la comunidad civil y eclesial.

“Les agradezco las páginas de esperanza y de ternura que ayudan a escribir en el libro de la historia y que permanecen imborrables: dan y darán muchos frutos”.

Al final del texto, Francisco invoca su bendición, encomendando a cada uno a Santa Teresa de Calcuta, presidenta espiritual de los Movimientos Pro-Vida en el mundo.-

Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano/Vatian News

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