Iglesia Venezolana

Nota de duelo de nuestros dos cardenales

Nos privilegió con su constante preocupación por el destino de Venezuela y la aprobación de la canonización de nuestros dos primeros santos venezolanos, José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles

Hoy lunes de Pascua, cuando con toda la Iglesia compartimos la memoria de la experiencia central de toda vida cristiana, la Resurrección del Señor como triunfo de la vida y de la esperanza definitivas, debemos hacernos eco creyente del tránsito a la casa del Padre del muy querido Papa Francisco. Confortados por el testimonio de su fe y de su cercanía fraterna, en esta hora de dolor humano encomendamos, con el Credo, su “vida eterna” a la infinita misericordia del Padre, Dios, uno y trino.

En nuestra condición de bautizados, en particular de Cardenales de la Iglesia designados por él para colaborar de cerca en su ministerio de Pastor universal, queremos unirnos a nuestro pueblo en el aprecio, gratitud y reconocimiento por el legado cristiano que nos deja el primer papa latinoamericano. Su sencillez, cercanía, alegría, amor incondicional a los excluidos, su preocupación incansable por la Paz, nos deja el testimonio de una vida, frágil en lo físico, pero con la fuerza de la fe y la esperanza que lo llevó a entregar y entregarse por completo al servicio de todos, sin distingos, a la luz del Evangelio de Jesús de Nazaret y el ejemplo de sus más íntimas referencias espirituales, Francisco de Asís e Ignacio de Loyola. Desde que ocupó la sede de Pedro como su sucesor en el obispado de Roma, trabajó sin descanso por la renovación de la Iglesia, en la línea de la conversión permanente y del “aggiornamento” tan deseado por el Concilio Vaticano II. La reforma de sus estructuras, modos, esquemas y métodos, pero sobre todo del cambio de los corazones para llevar adelante tamaña empresa, por el bien de la fidelidad a la verdad, y la trasparencia en palabras y obras, como signos de convicción coherente y testimonio de autenticidad, han sido distintivos de su ministerio.

Su preocupación y empeño a favor de la ecología integral, la paz y fraternidad universal, y el asumir la compleja realidad del cambio de época, lo convirtieron en el referente ético por antonomasia para nuestro tiempo.

Y en lo que nos toca más de cerca, nos privilegió con su constante preocupación por el destino de Venezuela y la aprobación de la canonización de nuestros dos primeros santos venezolanos, José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles.

Oramos por su eterno descanso en la seguridad de que ya descansa en la presencia del Padre de toda misericordia y todo consuelo. y del amor tierno de la Virgen Santísima; que ambos nos acompañen particularmente en estos días de justo dolor y necesaria esperanza, y nos den el coraje de ser fieles discípulos suyos y misericordiosos ejecutores del mensaje evangélico.

Con nuestra bendición

+Cardenal Baltazar Porras Cardozo y +Cardenal Diego Padrón Sánchez.

Caracas, martes de Pascua, 22 de abril de 2025

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