Hijas de María Auxiliadora celebran 100 años de su llegada a Cuba
El Instituto Hijas de María Auxiliadora (FMA) inauguró este 6 de diciembre una placa conmemorativa para celebrar los 100 años de la llegada de la congregación salesiana a la Diócesis de Camagüey, y con ello a Cuba.
En un comunicado, la congregación recordó que llegaron el 7 de diciembre de 1921 a la isla, donde el fraile mercedario y obispo de entonces, Mons. Valentín Zubizarreta y Unamunzaga, las animó a “iniciar su misión en la parroquia de Santa Ana”, donde este lunes 6 se develó la placa conmemorativa.
Durante la ceremonia, la delegada de la congregación en Cuba, sor Anna, indicó que, si bien son pocas las religiosas que están presentes durante la develación de la placa, son solo una representación del “gran Instituto extendido por los confines de la tierra”.
“Somos casi doce mil en el mundo entero, en noventa países, llenas de Dios y listas para anunciar la salvación de Jesucristo”, agregó.
Acompañadas por la religiosa vietnamita sor Dayana en la guitarra, las religiosas salesianas dedicaron un canto especial a su fundadora, la Madre Mazzarello, “una joven campesina que abriendo su corazón a la gracia de Dios dijo su sí generoso y así dio inicio al Instituto Hijas de María Auxiliadora (FMA)”.
La religiosa del FMA, sor Alba, recordó que la esencia de la vocación de la congregación es “ser catequistas, lo que quiere decir: creer, vivir la fe, rezando y testimoniando las obras del amor de Dios”.
“Para eso estamos aquí reunidos, para dar testimonio de esto y que cada niño, cada joven, cada adulto, que quiera abrir su corazón a Jesús es para nosotros una persona muy cercana y querida”, agregó.
Sor Alba indicó que están convencidas que “la catequesis bien preparada y realizada con mucha paciencia y amor, abre los corazones a todos a Jesús, y nos da felicidad y se vive mucho mejor que sin fe y sin Jesús”.
Además, remarcó que hace 100 años las primeras religiosas que llegaron a Camagüey, Sor Catalina Ferrando y Sor María Bailo, abrieron en la iglesia de Santa Ana la primera catequesis con cuatro o seis niños “y poco a poco fueron abriendo los caminos para otros niños, adolescentes, jóvenes, adultos, fueron preparando la gente para tomar los Sacramentos”.
“Hoy en nombre del Instituto reconocemos este trabajo generoso y junto con exalumnas aquí presentes, los fieles de esta parroquia que rezan aquí en esta iglesia cada día, vamos a ofrecer una tarja (placa) conmemorativa en memoria de estas hermanas que iniciaron este camino aquí”, agregó.
La religiosa agradeció y pidió oraciones por “los padres de familia, por los catequistas, por los niños que vengan aquí a aprender de Dios, por los adultos que también en sus casas pueden ser catequistas como aquellas dos primeras”.
“Ustedes ven que ahora no hay ninguna salesiana que trabaja aquí, no porque no queremos, sino porque no alcanzamos. Recen mucho por las vocaciones y envíenos a todas sus nietas y bisnietas, nosotras las vamos a preparar para que sean unas monjitas buenas, santas y puedan trabajar aquí día y noche atendiendo a todos”, agregó.
Sor Alba remarcó que la placa conmemorativa servirá para que todos los que entren en la iglesia recuerden “recuerden a todas las salesianas, ellas dejaron aquí el corazón y huellas en todos los corazones”.
“Agradecemos al P. Bastián, pues estuvo atento a todos los detalles para que esta celebración salga muy linda, no importa que seamos pocos, sino que se realice y se quede para siempre en este lugar. Agradecemos a las exalumnas que colaboraron también y ‘empujaron’ al P. Bastián”, concluyó.
El párroco de la iglesia Santa Ana, P. José Gabriel Bastián Cadalzo, develó la placa entre música y aplausos. Luego, los asistentes ingresaron al templo para la celebración de la Misa de Acción de Gracias por la presencia de las salesianas en la isla.
Al finalizar la Misa, se entregó a las religiosas un cuadro con la imagen de la iglesia de Santa Ana y la dedicatoria “Salesianas en Santa Ana, Camagüey, Cuba: 1921-2021”.-