Opinión

¿Primarias sin CNE?

Igual a zamuro cuidando carne

Egildo Luján Nava:

Nunca como hoy pudo estar antes en Venezuela tan confundido el electorado nacional, luego de que se comenzaran a crear las expectativas para intervenir en un evento comicial en los meses anteriores.

La posibilidad del evento se sucedería  en el transcurrir de algo más de dos décadas que tiene el régimen  ejerciendo funciones en el poder. Es decir, suficiente para que, entre  1999 y 2023, el pueblo  ha concurrido en 25 procesos electorales, de acuerdo a las pautas, rectorías, procedimientos y normas dispuestas por el el Consejo Nacional Electoral (CNE), en rol de órgano rector electoral.

Desde luego, ante tal hecho, es inevitable que  solamente se hayan suscitado dos comicios en los que pudo  triunfar la llamada oposición.

En el resto de las veces, sucedió lo que pasó y que es componente de la historia política venezolana: los resultados de las elecciones fueron cuestionadas y/o impugnadas por la representación partidista de  la oposición, incluso, en varias oportunidades fueron  objetadas por los observadores internacionales invitados.

Lo inevitable covertido en desafortunada referencia de lo que traduce toda actividad comicial que se lleve a cabo en el país, partiendo de las referencias antes señaladas, desde luego, fue y ha pasado a ser una lección que ha sido aprendida en Venezuela y que la ha asumido su población,  como muestra -o ejemplo- de lo que traduce el hecho de que  se lleve a cabo otro proceso electoral en el territorio nacional.

¿Y a qué se debe semejante interpreración?. A que toda la opacidad y truculencia que se impuso en los comicios anteriores, sencillamente,  obliga a sobreponer como muestra de hábito de desconfianza nacional e internacional,  toda supuesta  imparcialidad y duda que se presente como referencia honorable, esté asociada a la garantía y/o   transparencia, además de valoración sobre  la supuesta rectitud  que se pueda tener en ese CNE.

Ahora bien, ¿qué traduce adicionalmente para los venezolanos lo que plantea un proceso electoral en 2023, con anticipación a las elecciones constitucionales del 2024 y   para elegir al Presidente del próximo período?.

La oposición calificada  como «4-G» e integrada por  4 partidos políticos, y  que hoy son tan sólo tres «3-G», al separarse del grupo el partido VOLUNTAD POPULAR, decidió convocar a unas «Elecciones Primarias».  Y nombraron una «COMISIÓN ELECTORAL DE PRIMARIAS» (CEP) como órgano rector electoral, integrado por respetables miembros de la Sociedad Civil como garantes de pulcritud e imparcialidad en el proceso. La finalidad de esta iniciativa es concurrir a las presidenciales con un candidato ÚNICO para competir en contra del candidato que el régimen nomine como tal para el evento electoral.

 

Sin duda alguna, es acertado pensar en que tal iniciativa opositora, y que traduce  ir a la contienda con un candidato único, fortalecería las posibilidades de triunfo, y crearía un mayor optimismo, además de  la figura de unitaria entre la sociedad opositora. Ahora bien, desde su inicio, las autoridades de la Comisión de las Primarias (CEP) anunciaron (y obedeciendo a un clamor popular) que no permitirían la intromisión del Consejo Nacional Electoral en el proceso, en vista de su enorme desprestigio. Luego dieron a conocer  que únicamente le pedirían al CNE el uso de las escuelas para realizar el evento. Más adelante, sin embargo,  anunciaron que sí usarían las máquinas, pero sin el capta huellas y  ni transmisión de data, como una manera de  preservar la identidad del votante. Y ahora, el CNE dice que asume el control de todo el proceso, o no participa. Esto, desde luego, se traduce en un recordatorio, y el cual no es otro que el de la fábula de la ranita, la cual terminó hervida, al no  percatarse de que todo estaba relacionado  con el hecho de irle subiendo la temperatura.

Mientras tanto, la CNP sigue en su rol, supuestamente, de  vigilar y de actuar en defensa del elector y no de los partidos o candidatos. Opta por  seguir desojando la Margarita.

Finalmente, y para complicar más la situación, algunos de los candidatos manifiestan no importarles que el CNE participe, mientras que  otros no lo aceptan, por razones obvias.
Lo cierto es que, inevitablemente,  este arroz con mango pone las llamadas primarias en «PICO DE ZAMURO» para que no se celebren, además de que es el gran propósito  que no se puede perder de vista:  » Y ESO ES LO QUE, EN DEFINITIVA, QUIERE EL RÉGIMEN».
La actitud de la oposición venezolana hace recordar al muy querido, apreciado y recordado locutor de eventos deportivos. Se trata de «La voz del fútbol venezolano» y  apodado «PAPAITO», el Sr. LAZARO CANDAL, cuando exclamaba  «¿ Y QUÉ HICISTE, PAPAITO ?» .-

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