Iglesia Venezolana

Mensaje de la comunidad cristiana de la parroquia San José de Mérida

a la comunidad cristiana de la parroquia San Alberto Hurtado y José Gregorio Hernández de la Vega en Caracas. A un año de la partida del padre Clive Mendoza

Desde Mérida un saludo afectuoso a la feligresía de la Parroquia San Alberto Hurtado y José Gregorio Hernández, hoy nos unimos en la distancia para orar y dar gracias por la vida y vocación del padre Clive, al cumplirse un año de su partida al encuentro con el Señor.

Estamos seguros que nuestro amigo Clive quiere que lo recordemos por sus buenas obras, pero no viéndo sólo su persona, como si lo hubiera logrado por merito propio.

Él desde el cielo estará muy feliz, si cuando su recuerdo llegue a nuestra mente, tenemos presente que los frutos de su vida, son producto de un conocimiento interno de Jesucristo, que logró desde el carisma elegido para ejercer su vocación sacerdotal, la Compañía de Jesús, y por medio del tesoro de los Ejercicios Espirituales.

Con sus hermanos sacerdotes, siempre en comunidad y en continua oración diaria, creció en amor profundo a Jesús, a María y a San Ignacio.

Gracias a esto pudo pasar por este mundo haciendo el bien.

Clive para nosotros es sinónimo de padre, amigo, hermano mayor, guía espiritual, buen pastor. Entre sus valores más arraigados: la fe, el amor a los pobres, el servicio, la amistad, la espiritualidad, la escucha, la creatividad, la solidaridad, el perdón, el compartir, la oración y el sentido de comunidad.

Por este último valor, realizamos su novenario y rezo, esto fue una bonita excusa, para hacer vida lo que tantas veces nos dijo: sólo en comunidad podemos vivir con Cristo de verdad.

En esta zona muchos dicen que fue un santo que caminó a nuestro lado.

Por lo tanto, su testimonio de vida es la herencia espiritual que nos queda a quienes compartimos con él. El nos formó, ahora nos queda a nosotros vivir lo que amábamos en él y que hoy añoramos.

Gracias amigo por siempre estar ahí, como ese Dios de amor y misericordia, atento a las necesidades de sus hijos.

Los amigos del padre Clive desde Mérida les agradecemos a ustedes por haberlo querido y acompañado hasta su última morada.

Les pedimos que sigan apoyando a los sacerdotes que caminan junto a ustedes y sigan orando por el aumento de las vocaciones a la vida religiosa y a la Compañía de Jesús, que tanto bien hacen en Venezuela.

Un fraternal abrazo en Cristo Jesús.

En Todo Amar y Servir para la Mayor Gloria de Dios.-

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