El libro de Luis Xavier Grisanti sobre Calvani
Gerencialmente Calvani, supo además articularse, conciliarse y unificarse los criterios del país (elite empresarial exportadora, agrícola, pecuaria, industrial y la incipiente de servicios) de la necesidad de tener una política de exportaciones

Jesús Mazzei Alfonzo:
Este artículo tiene dos partes, en la primera se describe las líneas de política exterior de aquellos años y posteriormente, unos comentarios sobre el excelente libro del Dr. Luís Xavier Grisanti sobre Arístides Calvani, que recientemente se presentó en el IFEDEC, la casa que fundó Arístides Calvani y que lleva su nombre y que salió la semana pasada y fue presentado en un acto austero, pero muy emotivo, representando la Venezuela afirmativa de ayer y que deseamos para el futuro, del país. Contó con palabras de los Drs. Eduardo Fernández, Rafael Arriaz Lucca, Carlos Hernández Delfino, Pedro Pablo Fernández y el autor del texto.
Arístides Calvani ejecutó una política exterior novedosa en su tiempo, por cierto en guerra fría, ambiente bipolar y de presencia de regímenes autoritarios militares en América Latina, bajo principios éticos-políticos novedosos para la época: bien común universal, pluralismo ideológico, solidaridad internacional y nacionalismo democrático, que le dieron fundamento a la política exterior ejecutada en los años 1969-1974, y por ello, la política exterior aplicada por Arístides Calvani se ubica entre otras razones, en un enfoque autonomista.
Se presentan por ello, primero los factores centrales que hacen posible ejecutarla en torno a los cuales se estructuró una política exterior de orientación autonomista como consecuencia de un modelo implementación de un modelo de desarrollo nacional; restricción a la injerencia de actores externos en los procesos de toma de decisión; profundización de los vínculos regionales; y diversificación de las relaciones externas, estos fueron los objetivos específicos que se llevó a cabo para esos años, esa política exterior.
Por esto, Venezuela se identificó como un país occidental y de múltiples identidades (andino, amazónico, caribeño, suramericano) además, la misma implementación de esta política exterior, se da dentro de un contexto interno del afianzamiento progresivo del experimento democrático venezolano iniciado en 1958, la etapa final de la insurrección armada y la política de pacificación y crecimiento sostenido de la economía nacional como queda palpable en los informes económicos del Banco Central de la época. Por consiguiente, se reformula la política exterior, y se produce un cambio y superación, de la Doctrina Betancourt, que de acuerdo a los nuevos decisores políticos en la nueva coyuntura que tenía el país, no es el más adecuada, pero mantienen, sin embargo, inalterables los principios de la acción internacional en sus ejes generales a saber, autodeterminación de los pueblos, no intervención en los asuntos internos de otros países.
Arístides Calvani, nos conceptualiza estos nuevos conceptos internacionales novedosos y que van estar en la formulación de esta política autonomista influida por el iusnaturalismo en la cual se formaron tanto él como el Dr. Rafael Caldera, como juristas hay una renovación dentro de la continuidad de la política exterior y estos son los nuevos principios enraizados en la postura autonomista de la época que marco Caldera como formulador y Calvani, como ejecutor de la política exterior en ese tiempo.
El comercio exterior y la promoción de exportaciones es clave en la ejecución de esta política pública autonomista, al tiempo histórico transcurrido observamos los frutos de su ejecutoria exterior, pero no se ha profundizado en un tema que lo apasionó a la par de la preocupación política: las exportaciones no tradicionales.
Calvani, claramente, observó que para realizar los principios de solidaridad y pluralismo ideológico, bien común internacional y justicia social internacional, había que hacer un viraje en política exterior, esta modificación va unida a las necesidades del país de abrir campo a sus exportaciones en otros mercados como extensión de la presencia venezolana en materia de bienes, servicios, asistencia tecnológica, sobre todo dirigido hacia la región Estados-nación independientes con lo que los principios se entrelazaban con la práctica, ya que Venezuela debía buscar un modus vivendi con estos países en base no solo a principios, direcciones y directrices, en política sino que había que buscar nuevos mercados, consolidar los existentes, conquistarlos con el objetivo de compartir intereses mutuamente beneficiosos para ambas partes.
A partir de esto, Calvani vio que una política de exportaciones debía contar con infraestructura de transporte (problema todavía hoy presente y agudizado por la eliminación de la Compañía Venezolana de Navegación), canales de comercialización adecuados para poder colocar oportunamente los distintos bienes y servicios que el país por facilitación de políticas económicas adecuadas (fiscal, cambiaria, de subsidio, de incentivos, tributaria). Esta, además, debía contar con una política fiscal competitiva que el permitiese colocar a los exportadores venezolanos, las exportaciones de bienes y servicios manufacturados en los mercados externos.
Por eso, la figura en aquel entonces de los incentivos para estimular y estimular las colocaciones en el exterior y, además, el financiamiento (se crea en esos años el Instituto de Comercio Exterior, se promulga la Ley de Financiamiento de las Exportaciones Finexpo).
Gerencialmente Calvani, supo además articularse, conciliarse y unificarse los criterios del país (elite empresarial exportadora, agrícola, pecuaria, industrial y la incipiente de servicios) de la necesidad de tener una política de exportaciones, primero, porque las funciones de coordinador y de seguir las políticas ejecutadas era una labor diaria de trabajo, que las efectuaba a través del comité interministerial para el comercio exterior y segundo, porque comprendió que el papel del sector privado a través de su organismo representativo AVEX (Asociación Venezolana de Exportadores fundada en 1962) era necesario por lo tanto mantener un canal de comunicación, de consulta y coordinación (lo que hoy se denomina sinergia pública-privada) para articular estrategias en negociaciones económicas internacionales. Esto fue una ejecutoria eficaz.
Esto está reflejado acertadamente, en el libro escrito con una prosa densa y bien argumentada por Luís Xavier, que tiene una extensa y brillante hoja de servicio público, que, entre otros cargos de ser director de secretaria del Ministerio de Minas e Hidrocarburos, a ministro consejero de nuestra embajada en EE. UU, Embajador de Venezuela en la Unión Europea, Bélgica y Luxemburgo, Observador en el Consejo de Europa y la Carta Europea de la Energía. Viceministro y ministro interino de Hacienda, representante en el BCV y gobernador alterno en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Director de la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina. Consultor del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, hoy dedicado a labores docentes en los postgrados de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas en la UCV, en materia de petrolera, entre otras actividades. Nos brinda un libro rápido de leer, con prosa densa, con información de primera mano producto de su propia experiencia de consulta de los archivos del Dr. Calvani y el Dr. Caldera
Los capítulos que más me llamaron la atención fueron los dedicados al Calvani ministro, donde se plasma parte de la acción del ministro en su trabajo diario, la política exterior democrática que en forma exhaustiva y detallada analiza Luis Xavier, luego está un conjunto de variables que hacen complementarias la definición y diseño de una política exterior en cualquier tiempo la dimensión ética y social de la política exterior de los años del Dr. Caldera, que tiene que ver con principios éticos la reformulación del proceso de desarrollo la revolución industria y la sociedad del conocimiento que se inicia por esos años y que Calvani, como actor político va ser testigo presencial de un cambio epocal
Como muy bien lo expresa el autor la política de comercio exterior esos años hasta 1990 estará guiada por tres pilares fundamentales ” …La nueva política de comercio exterior descasará sobre tres pilares: 1. La integración latinoamericana y el ingreso de Venezuela al Pacto Sub Regional Andino; 2. La denuncia del Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos; y 3. La promoción de las exportaciones no tradicionales y la fundación del Instituto de Comercio Exterior…” que se desarrollarán a lo largo de las décadas de los 70 y 80. El análisis y descripción de esa política comprende a los capítulos que van desde la página, 33 hasta la 111. El anexo estadístico es valiosísimo, porque nos presenta, la evolución del comercio exterior venezolano en esos años base estadística importante para tomar decisiones, por los decisores estatales hoy ausentes ellas en las instituciones del estado como el BCV, ministerios de economía etc. Y un manejo de una bibliografía abundante e interesante.
Por otra parte, en un próximo artículo escribiré sobre un trabajo fundamental en esos años, que incidirá en la continuidad y aggiornamento, de esta política es el famoso Informe Meir Merhav sobre las exportaciones no tradicionales, de enero de 1973, editado por CORDIPLAN, en una colaboración de un estudio de la ONUDI que posibilito trabajar como política pública de estado, la promoción y fomento de las exportaciones no tradicionales a lo largo de esos años, hasta 1990, cuando la política de exportaciones paso a otro nivel a raíz del ingreso del país al GATT.
Y además, como acertadamente explica igualmente, Luis Xavier, estas medidas se complementarán con “….Además de la creación del Instituto de Comercio Exterior, Calvani añade otras medidas “complementarias” a objeto de configurar una “política económica como política internacional específica,” entre las cuales destaca: la Ley de Incentivo a la Exportación (créditos fiscales a los exportadores), la Ley del Fondo de Fomento de las Exportaciones (para estudios y financiamientos), la reorientación de la política industrial y de la política energética, la incorporación de Venezuela al Banco de Desarrollo del Caribe y la Ley de la Marina Mercante…”, por ello reitero en este período se hizo como nunca un aporte originario que no puede soslayarse en materia de política de exportaciones no tradicionales y el autor analiza, describe con propiedad. Sí Venezuela, se plantea una política de promoción de exportaciones, hoy en pleno siglo XXI, debe verse en ese espejo de lo significo esos aportes y no tener el complejo de Adán.
Por ello, consideró que el libro del Dr. Grisanti, además de ser una aporte bibliográfico a la escasa bibliografía del tema del comercio exterior, coloca en un listón muy alto la actuación y figura, de uno de nuestros grandes cancilleres del siglo XX, que con real auctoritas, enalteció nuestro servicio exterior y le dio prestancia, prudencia y discreción a la figura de ministro de relaciones exteriores, que con acierto nos dibuja Luis Xavier Grisanti a lo largo del excelente texto que recomiendo su lectura, gracias por este maravilloso libro en esta época ayuna de ministros de esa estatura.
PD: Al terminar de redactar este artículo, nos informaron del lamentable fallecimiento del hijo mayor del Dr. Eduardo Fernández y su esposa Marysabel Reyna, José Antonio Fernández Reyna, transmito por este medio mi más sentido pésame y un gran abrazo solidario. Mucha fuerza. –
jesusmazzei@gmail.com