Misión de la Iglesia: Evangelizar (4)
Mons Ovidio Pérez Morales:
El primer documento del CPV, Proclamación profética del Evangelio de Jesucristo en Venezuela, afirma: “Evangelizar es la misión de la Iglesia” y en seguida cita lo que Pablo VI dijo en su Exhortación Evangelii Nuntiandi sobre la evangelización: “Constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar” (EN 14). El Evangelio de Mateo concluye con el mandato universal misionero evangelizador de Jesús a sus discípulos (Mt 28, 16-20).
La evangelización es, pues, el objetivo fundamental de la misión de la Iglesia. Ahora bien, si se pregunta ¿qué es evangelizar?, la respuesta ha de dar sus objetivos específicos. El Episcopado brasileño inmediatamente después del Vaticano II (1966) y posteriormente el venezolano con motivo de la Misión Permanente (1986) los asumieron en número de seis, bajo la terminología de líneas o dimensiones pastorales y que son básicamente las siguientes: 1) Proclamación profética; 2 Catequesis: 3) Liturgia; 4) Comunión visible; 5) Nueva sociedad (acción evangélica transformadora); 6) Diálogo para la comunión. A continuación, al explicar las dimensiones, entre paréntesis van los números de los correspondientes documentos del CPV.
He aquí las dimensiones con los documentos correspondientes del CPV: la primera (1-PPEV) es peculiarmente misionera, de primer anuncio, kerygmática; la segunda (4-CAT) es la formación en la fe y tiene su expresión básica en la catequesis; la tercera (10-CMF)es la celebración de la fe, la cual no se reduce a aceptación de una doctrina, sino que es misterio de salvación; la cuarta (2-CVI, 5-VCV, 6-IF, 7-LCV, 8-JBNJ, 9-OPD, 11-ICM) corresponde a la organización de la comunidad de creyentes, con sus funciones y servicios; la quinta (3-CIGNS, 12-IE, 13-ECV, 14-PMC) constituye la expresión social y cultural del mandamiento del amor; la sexta (15-EDI, 16-ISMR) es el relacionamiento ecuménico, interreligioso y humano hacia la comunión.
Estas dimensiones han de darse, en una u otra forma, en todo nivel (comunidad) eclesial, desde el universal hasta el más pequeño de la Iglesia doméstica. Y a cada nivel corresponde un servicio o eje de comunión (desde el Papa en el global, hasta papá-mamá en el familiar). Cada dimensión se interrelaciona con todas y cada una de las demás (ejemplo: lo litúrgico y lo social). Dimensiones y niveles con sus ejes de comunión suelen representarse en forma de una pirámide hexagonal invertida, que constituye un gráfico utilísimo en pastoral.-