Mensaje de la Comisión Episcopal de Comunicación de la CEV con ocasión del Día del Periodista en Venezuela
Periodistas: Servidores de la Comunicación Humana
“Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu”
(Rom 12, 11)
La Comisión Episcopal de Comunicación de la Conferencia Episcopal Venezolana, dedica
estas líneas para congratular a quienes ejercen profesionalmente el servicio de la
comunicación, que el domingo 27 de junio de 2021, celebrarán el Día Nacional del
Periodista; una misión que ejercen con valentía y abnegación.
Una de las cualidades que debe tener todo periodista, es su credibilidad; un atributo que
se obtiene cuando se es capaz de lograr la confianza del otro. A su vez, la confianza solo es
posible cuando se ofrece seguridad, cuando hay conexión entre personas. Las
circunstancias actuales de aislamiento social, así como los desarrollos tecnológicos,
pueden con facilidad hacer olvidar este aspecto crucial: que la comunicación se da
persona a persona.
Muchas veces, ante la avidez de las informaciones que se generan ya no solo diariamente
sino minuto a minuto, la audiencia puede olvidar que quienes están detrás de cada
noticia, son personas. Y a veces, también los periodistas pudieran olvidar que se
comunican con personas. En la inmediatez, la humanidad queda olvidada.
El Papa Francisco en su mensaje para la 55° Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales, ha compartido claves que motivan a cada periodista a no olvidar la pasión que
impulsa su vocación, y expresa que para relatar la vida que se hace historia, es necesario
salir de las propias comodidades, e ir a encontrar a las personas ‘donde están y como son’.
Ese ‘donde están y como son’ no es más que descubrir el contexto y las realidades que
cuentan historias; historias de soledad, de encuentro; historias de alegrías y tristezas;
historias de sueños y de tropiezos; historias de injusticias y de solidaridad, “Porque para
conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar
que su testimonio me alcance” (1)
.
El peligro de la autorreferencialidad, es el de ser absorbidos por la inmediatez de la
información a costa de la calidad de la misma; y requiere valentía sobreponerse a ello para
constrarrestar la sobreabundancia comunicacional que muchas veces contiene
informaciones no verificadas y la multitud de ideas sin solidez, con la investigación y la
argumentación, una comunicación capaz de poner de manifiesto la verdad, interpelar a las
personas, anunciar buenas noticias y denunciar injusticias sociales. Es enfrentar el peligro
de confeccionar noticias armadas de retazos informativos, con el “desgastar las suelas de
los zapatos” (2)
.
Hacer esto, requiere del compromiso, la responsabilidad, la valentía y la abnegación de
periodistas que sean capaces de “ir allá donde nadie va” (3). Esos periodistas existen, y
existen en nuestro país. En ellos, cuya entrega se pone de manifiesto con cada riesgo que
toman al firmar noticias con sus nombres, encuentran cabida las palabras del Sumo
Pontífice: “Sería una pérdida no sólo para la información, sino para toda la sociedad y para
la democracia si estas voces desaparecieran: un empobrecimiento para nuestra
humanidad” (4)
Ustedes, periodistas, son Servidores de la Comunicación Humana
Sería una pérdida para nuestro país si en sus voces se dejaran de oír las voces de los afligidos.
Por eso, les invitamos a nunca dejar de ser diligentes, y a servir a la humanidad con el
fervor que han encontrado en tan hermosa vocación, a dar frutos con los dones que el
Espíritu Santo ha inspirado en ustedes, y a construir una comunicación humana, de
persona a persona.
(1) (2) (3) (4) Mensaje del Papa Francisco para la 55° Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales
Caracas, 25 de junio de 2021
+Mons. Tulio Ramírez
Obispo de Guarenas
Presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación de la CEV
+Mons. Luis Enrique Rojas
Obispo Auxiliar de Mérida
Miembro de la Comisión Episcopal de Comunicación la CEV
Pbro. Pedro Pablo Aguilar
Director del Departamento de Comunicación